Comparto con vosotros la entrevista que le realicé a la escritora Yayo Gómez
Por: Manu.AM
¿Cuál es la fuente de inspiración para tus relatos y microrrelatos?
No me voy muy lejos, escribo sobre la vida cotidiana: amor, política, sexo, religión… pero siempre intento enfocar la historia de una forma, irónica, actual y humorística. Son relatos ácidos, con un toque dulce, son cortos y refrescantes como los sorbetes de limón.
¿Cómo desarrollas tus ideas creativas?
Antes de escribir, en el sentido estricto, cuando una idea me arde en la cabeza o algún aspecto de la vida me parece resaltable, voy anotando ideas, grabo mensajes de voz, cuelgo post-it…
¿Tienes algún ritual o hábito específico al escribir?
Claro, tengo mi rincón, mi portátil, mi soledad y mi silencio, con todo esto y el material que te comentaba antes, me pongo a hilvanar palabras, a fantasear y a dar rienda suelta a la imaginación. Todo el proceso, de principio a fin, es mágico y debe subir el nivel de endorfinas o dopamina o como se llame, porque produce una felicidad indescriptible. Te concentras, escribes y te late el corazón desaforadamente. Cuando ya tienes la historia terminada es como si hubieras parido, tienes un hijo nuevo. Magia pura, ya digo.
En tus escritos, se percibe un toque irónico, actual y humorístico. ¿Cómo logras equilibrar estos elementos en tus historias?
Lo hago inconscientemente. Procuro que sean textos sencillos, donde la ironía y el humor vayan de la mano. Procuro también que no sean ofensivos y que lleven un mensaje. No todo vale.
¿Hay algún autor o autora que haya influido significativamente en tu estilo literario?
Aprendo de los clásicos, de su maravillosa prosa, de su aparente simplicidad, de su perfecta redacción, Thomas Mann, Milan Kundera, Vargas Llosa y muchos más. Pero,al tener un estilo de prosa coloquial, urbana, también aprendo de Sara Mesa,
Berna González Harbour, Cristina Campo. Reconozco que en el mundo literario no es muy ortodoxo decir que te gusta y aprendes del estilo periodístico, pero en mi caso es así. Me apasiona la prosa sencilla y directa y no es tan fácil como mucha gente se cree.
Hablemos sobre tus libros publicados. ¿Qué temas o personajes exploras en cada uno de ellos?
Mi primer libro, “Verbigracia”, también de relatos cortos, toca aspectos de la vida, con buenas dosis de anticlímax, situaciones que rozan el ridículo o el pequeño desastre. En todos se resalta la importancia y la necesidad de tener a la fantasía como compañera de viaje.
El segundo libro, “Confesiones fucsias”, va de una mujer atrevida, alegre, tierna y pasional que cuenta lo gratificante y, a la vez, laborioso que puede ser consolidar una segunda pareja en la edad adulta, en la que cada uno tenga su hipoteca, sus hijos y su casa y en la que solo se comparta al amor.
¿Tienes algún personaje favorito entre los que has creado?
Casi todos mis relatos tienen como protagonistas a mujeres valientes, reales y cercanas. Todos son personajes que, cuando están a solas y ante un espejo, prescinden del sentido del ridículo y esbozan una mueca de aceptación a sus vulnerabilidades y limitaciones.
Eres miembro del Club de Letras de la Universidad de Cádiz y colaboras activamente en su blog y en la revista Speculum. ¿Cómo ha influido esta experiencia en tu escritura?
El Club de Letras y su profesor al frente, José Antonio Hernández Guerrero, me han servido de gran ayuda en mi faceta literaria. Han aceptado mi estilo, quizás distinto del resto, con un respeto y saber estar admirables. Aprendo continuamente de ellos, de sus sellos, de sus conversaciones, de sus pareceres. Desde el 2020 llevo colaborando con su revista SPECVLUM, de frecuencia trimestral, publicada por la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, y que presenta secciones dedicadas a la poesía, la narrativa, el pensamiento, perfiles y reseñas bibliográficas. Es un honor para mí que en cada edición publiquen un relato de mi autoría.
¿Qué te motiva a participar en obras colectivas y antologías?
Me parece como un juego colaborativo. Mezclar distintos estilos de prosa es enriquecedor y, si me invitan a colaborar, nunca me niego. El individualismo en la creación literaria te impide crecer y aprender.
Cuéntanos más sobre tu blog personal. ¿Por qué decidiste compartir tus escritos en línea? ¿Cómo mantienes una relación interactiva con tus lectores?
En mi blog: Verbigracia. Yayo Gómez, cuelgo, de forma libre y gratuita, todo lo que escribo. Pretendo reivindicar la importancia del relato corto en los tiempos actuales, porque un relato corto sería a una novela como un Tik Tok a una película. Publico relatos que se leen en pocos minutos y pretendo llegar con ellos a varias generaciones. Pretendo también que el lector se zambulla en el relato, se proyecte, y, sobre todo, que ante el desastre se vea identificado, quitándole importancia al ridículo.
Reconozco que me va mucho más el compartir mis escritos vía Blog o Facebook, que este mundo del libro impreso, donde editoriales, presentaciones, encuentros y, sobre todo, ego se convierten en un laberinto.
Has sido galardonado con centenares de relatos en certámenes literarios. ¿Hay algún premio o reconocimiento que recuerdes con especial cariño?
Desde hace seis años entré en el mundo de los concursos. Es fácil participar, en la mayoría basta con enviar, vía mail, el relato y la plica identificativa. Todo depende del jurado, que le vaya más la prosa poética o el relato coloquial, pero la verdad es que da morbo compararte con los demás y os puedo asegurar que el día en el que te llaman por teléfono para comunicarte el premio obtenido, tu corazón late a mil, aunque solo hayas ganado un diploma y un libro, eso es lo de menos. Cuando desde la soledad del escritor, como refería antes, te pones a fantasear historias, no te puedes ni imaginar las vueltas que va a dar y las sensaciones que va a producir en los demás.