En cuanto te conocí me pareciste una
mujer valiente. Lo cierto es que admiro tu
fuerza y tu energía y aunque a veces el
desasosiego te asfixie y pare tus pies en
los senderos del camino, puede más la
perseverancia con la que tratas siempre de
mirar al frente.
…donde la paz reina y atisba
sentada en su trono la espera de tu llegada,
para poder entregarte el deseo al fin
alcanzado de tomar con tus manos un
sueño eterno…