Con ella fui como el viento, me bastó tan
solo uno de sus suspiros para exhalar y
escudriñar todos y cada uno de los
contornos de su alma y de su cuerpo.
… Pero entre tanta oscuridad se
divisaba no muy al fondo la cegadora luz
incandescente de un espíritu evocado a
querer amar, a entregarse por completo,
impaciente de hallar el amor…